El orgullo es un concepto muy amplio que tiene varias interpretaciones de acuerdo al contexto en el que se emplee y aunque existe una forma positiva de verlo, de la que más adelante hablaremos, la mayoría de las veces es el negativo el que se ve representado en los individuos, refiriéndose como un tipo de sentimiento que ostenta un excesivo nivel de satisfacción sobre si mismo, pudiendo asociarse además con otras emociones como la soberbia, la vanidad, la prepotencia, la arrogancia y el desprecio, todos ellos calificados como trastornos malos.
Y en este mismo sentido ¿cómo identificar a una persona orgullosa? Por lo general en algún momento de nuestras vidas, nos topamos con un perfil como este, sin embargo, a veces no tenemos la certeza de saber si lo son o estamos siendo injustos con nuestra estimación hacia esa persona, pero para esclarecer las dudas podemos describir a un individuo orgulloso como el que tiene exceso de confianza, por ende, todo lo que dice, hace y piensa es perfecto, tiende a ofenderse rápidamente cuando no se está de acuerdo con lo que ellos piensan, asumen que están en un nivel superior a todo el que lo rodea, expresan un lenguaje dañino y ofensivo hacia los demás sin importar la relación que exista o el rol que tenga en su vida, pueden ser conyugues, padres, hijos, jefes, hermanos, amigos, entre otros.
Pero más allá de lo que expresa un ser orgulloso, debemos tener la habilidad de ver y entender lo que no está a la vista, ya que, en ocasiones estas personas presentan estas actitudes porque inconscientemente esconden sus propias carencias, desprecios e inseguridades producto de hechos y sucesos de su pasado, por lo que utilizan el orgullo para formar una coraza que les permita escudarse y refugiarse del mundo exterior.
De cualquier modo, no todo orgullo es malo, la clave esta en llevarlo desde un punto de vista positivo, ya que, una persona tiene permiso a sentirse enaltecida por conseguir un logro merecido, de esta forma valora su trabajo, su esfuerzo y su constancia, así como el empeño y la dedicación de los que lucharon junto a él, en este sentido él esta en todo su derecho, siempre y cuando sepa reconocer, y aquí está la gran diferencia, en que una victoria en el plano que sea, no se obtiene por sí sola y que Dios interviene de forma misteriosa y maravillosa en todos nuestros planes y que los obtenemos únicamente porque el así lo quiso. La humildad nos hace grandes y el Señor nos da el poder y las herramientas para seguir adelante por el sendero que el nos traza.
A continuación, te mostraré como la palabra de Dios esta presente en todos nuestros actos, mediante una especial selección de versículos sobre el orgullo, plasmados en la biblia para nosotros.
1. No te contamines por tus malos pensamientos
Luego añadió: —Lo que sale de la persona es lo que la contamina. Porque de adentro, del corazón humano, salen los malos pensamientos, la inmoralidad sexual, los robos, los homicidios, los adulterios, la avaricia, la maldad, el engaño, el libertinaje, la envidia, la calumnia, la arrogancia y la necedad. Todos estos males vienen de adentro y contaminan a la persona.
Marcos 7:20-23
2. Los malos deseos no provienen del Señor
Porque nada de lo que hay en el mundo —los malos deseos del cuerpo, la codicia de los ojos y la arrogancia de la vida— proviene del Padre sino del mundo.
1 Juan 2:16
3. Frente a Dios no puedes jactarte
También escogió Dios lo más bajo y despreciado, y lo que no es nada, para anular lo que es, a fin de que en su presencia nadie pueda jactarse.
1 Corintios 1:28-29
4. Más se gana con la humildad
Con el orgullo viene el oprobio;
con la humildad, la sabiduría.
Proverbios 11:2
5. Quién teme al Señor aborrece lo malo
Quién teme al Señor aborrece lo malo; yo aborrezco el orgullo y la arrogancia, la mala conducta y el lenguaje perverso.
Proverbios 8:13
6. Vive en armonía y hazte solidario
Vivan en armonía los unos con los otros. No sean arrogantes, sino háganse solidarios con los humildes. No se crean los únicos que saben.
Romanos 12:16
7. No pongas tu esperanza en tus riquezas, sino en Dios
A los ricos de este mundo, mándales que no sean arrogantes ni pongan su esperanza en las riquezas, que son tan inseguras, sino en Dios, que nos provee de todo en abundancia para que lo disfrutemos.
1 Timoteo 6:17
8. Siéntete orgulloso de tu dignidad y no de tus riquezas
El hermano de condición humilde debe sentirse orgulloso de su alta dignidad, y el rico, de su humilde condición. El rico pasará como la flor del campo.
Santiago 1:9-10
9. El humilde será enaltecido
El altivo será humillado, pero el humilde será enaltecido.
Proverbios 29:23
10. Las apariencias engañan, pero el corazón no
Pero el Señor le dijo a Samuel: —No te dejes impresionar por su apariencia ni por su estatura, pues yo lo he rechazado. La gente se fija en las apariencias, pero yo me fijo en el corazón.
1 Samuel 16:7
11. No glorifiques tu nombre sino el del Señor
Más bien, «Si alguien ha de gloriarse, que se gloríe en el Señor». Porque no es aprobado el que se recomienda a sí mismo sino aquel a quien recomienda el Señor.
2 Corintios 10:17-18
12. La humildad precede el éxito
Al fracaso lo precede la soberbia humana; a los honores los precede la humildad.
Proverbios 18:12
13. Arrepiéntete de corazón
Si reparto entre los pobres todo lo que poseo, y si entrego mi cuerpo para que lo consuman las llamas, pero no tengo amor, nada gano con eso.
1 Corintios 13:3
14. Solo Dios puede humillar a los soberbios
Por eso yo, Nabucodonosor, alabo, exalto y glorifico al Rey del cielo, porque siempre procede con rectitud y justicia, y es capaz de humillar a los soberbios.
Daniel 4:37
Como puedes ver el orgullo es uno de los pecados más repudiados por Dios, por lo tanto, no permitas que este sentimiento te impida que aceptes a nuestro Señor como tu salvador, él es el único que tiene ese poder y la potestad de glorificarte, así que, siempre ante pon su nombre en todas las buenas obras que realices y en cada logro que consigas, agradeciéndole eternamente con humildad.
El orgullo o sentirse orgulloso, es una cualidad muy engañosa, a veces lo percibimos fácilmente en las personas que están a nuestro alrededor, pero no tenemos una perspectiva objetiva o realista sobre nosotros mismos y es deber de todos los hijos de Cristo, notar cuando, sentirnos orgulloso deja de ser un buen sentimiento, por eso en nuestras manos y a través de la palabra de Dios, están las respuestas para no permitir llevarnos nunca por el orgullo.